viernes, 1 de julio de 2011

Julio 2011

   Sala Snoezelen o de estimulación multisensorial







El 10 de julio le envié a la Directora Gerente este e-mail:
   
Querida amiga Nuria:

Ya no procede utilizar tu correo personal, porque cumplió su objetivo y ahora puedo contactar contigo en directo, en caso necesario. Así que no te molestaré más por este medio. Y, en el Centro, me vas a permitir que te considere la Doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y Directora del mismo, Doña Nuria, merecedora del máximo respeto. Así se lo he recomendado hacer también a mis amigos, que ya son unos cuantos.
Quería utilizarlo como remate para agradecerte todo lo que has hecho por mí, desde mi estancia ahí hasta concederme todo lo que he pedido y más. Mira Nuria, cuando te es impuesta una enfermedad, que etiquetan de rara y que poco a poco te impide hacer las cosas que venías haciendo, a veces dudas de la existencia de un Dios justo. Sin embargo, yo he tenido pruebas de que El aprieta pero no ahoga y que, cuando crees que llega el final, te tiende una mano. Esta vez la mano has sido tu. Conocerte no sólo fue un placer sino también un milagro. Estaba sin ilusión…
Y, de pronto, he vuelto a ser el que era. Mis familiares y amigos afirman que me han quitado muchos años de encima. Estoy como pez en el agua. Recuerdo mi estancia en el colegio menor, donde me enseñaron a comer y vivir en grupo. Y recuerdo mi vida laboral cuando era un poco maestro, un poco educador y un poco psicólogo. Cuando descubrí que la persistencia, la paciencia, la ejemplaridad y la comprensión dan mejor resultado que las amenazas.
Sobre la actividad que he iniciado puedo decirte que no es ninguna tontería, sino una buena terapia que tengo minuciosamente programada. De momento hemos acordado que, hasta después del verano, no puede ir en serio y que iré yo a las 12, abriré la puerta y puede entrar cualquiera. Así y todo, cuando el otro día llegó la mujer de Javier, de Mataluenga, nos encontró ocupados a Almudena, Virginia, Sonia, Mari-Cruz, (fíjate que elenco), Elias, Francisco J. y el chico que va empujando una silla de ruedas. Te aseguro que me sentí mas orgulloso que un perro con una radiografía. 

Aprovecho para adjuntar una plantilla que se puede leer con el Word y ser modifìcada fácilmente, para que un usuario disponga de una tarjeta identificativa. Yo llevo una en el bolso y confío que, en caso de pérdida de éste, pueda recuperar las gafas, el móvil, etc. Cuando un equipo del Centro va a participar en algún evento deportivo, les vendría bien, y desde luego, si cuando yo empecé, hubieran llevado todos el nombre visible, hubiera sido más sencilla la toma de contacto, porque a algunos ni podía entenderlos. Es una simple sugerencia.
Gracias por todo, de corazón.






   El 22 de julio se convocó el descenso  del Sella