martes, 9 de agosto de 2016

Esquí náutico inclusivo

   Esta vez fué el terapeuta Isaac quién pasó por el comedor, en el desayuno, a finales de julio, preguntando si nos gustaría hacer esquí náutico en el pantano de Luna la 1ª semana de agosto. Mi primera respuesta fue que no podría, por mis condiciones físicas y por ser usuario de estancia diurna, con vacaciones en agosto. Posteriormente, decidí apuntarme. Pasados unos trámites de evaluación con la Dirección del C.R.E., debería acudir al pantano de Barrios de Luna el lunes, 1, miércoles, 3 y viernes 5 para  practicar esquí náutico en la VII Semana del Deporte Adaptado, de 10 a 2. Y allí estuvimos. El lunes transportados por Francisco Javier y Susana, Ivan, Presencio y yo, con Jose, como auxiliar. El miércoles y el viernes condujo la furgoneta David y cambió Jose por Victoria. Y el viernes fue el dIa de las sorpresas, con Mariluz de auxiliar,  la visita de la Directora y la entrega de diplomas. 




   Las sesiones comenzaban en Los Barrios de Luna, al lado de la Peña del Castillo, parte fundamental del muro de contención del Pantano de Luna, donde David Suárez Iglesias, investigador de la Escuela de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad de León nos hablaba del esquí náutico inclusivo, breve historia, terminología de utensilios, señales, etc. Me encantó ya el primer día por la cantidad de cosas que no conocía y por la tranquilidad que me dió. David les llamaba "clases en seco". En días sucesivos, las clases eran mas personales. Una maravilla, pero vista la silla a usar, me temí que me ocurriría como a aquel jugador de golf, que viéndole jugar mal, alguien le preguntó si sabía jugar. No me ofenda, dijo, es mi deporte y he escrito un libro sobre golf. Ahí va y ¿cómo se titula?. El golf y la madre que lo parió.




    A continuación, nos dirigíamos al Club Náutico de León, en Mirantes de Luna, donde está el embarcadero. 





   Allí llegaba la embarcación, conducida por Mario, donde viajaban también David y Sergio. Ésta es su web ESNALE. Muy recomendable.

lunes 1






   miércoles 3

   Pedí una alternativa a la silla y me proporcionaron un deslizador acuático inflable.   Se controla levantando un bazo y desplazando el peso al  otro lado.




    El miércoles, fui testigo de algo insólito: mi compañero Iván Bragado iba a probar esquiar sobre esquíes, así que en la clase teórica, "en seco", con poca ayuda, consiguió varias veces levantarse sobre sus pies. Por lo visto en el vídeo que publicó ese mismo día, lo consiguió en el agua. Aquí se reproduce girado.


   El viernes 5 usé el palonier para ser arrastrado por la barca. 


    Con 63 años y con ataxia de Friedreich, no puedo esperar encontrar un deporte adecuado para mi. Busco simplemente experimentar y mantener mis capacidades. En este sentido, la experiencia ha sido muy positiva. Gracias a quienes colaboraron. Incluso han aparecido detalles en prensa, como puede verse pinchando aquí.

   Es sabido que en el C.R.E. he participado en muchas actividades: boccia, semanas del deporte, esquí alpino, hipoterapia, vuelo en ultraligero y que casi diariamente uso los servicios de Terapia, Fisioterapia y Logopedia. Ésta era mi asignatura pendiente. 


Así que, como me he ido manteniendo, pensé que podía intentar esquí náutico. Conseguir mantenerme sobre un caballo ayudó.


domingo, 22 de mayo de 2016

Jornadas de vuelo

Todo empezó cuando unas semanas atrás, en el desayuno, la terapeuta Bea nos preguntó si nos gustaría volar un día y tomó nota de posibles candidatos.

  El 11 de mayo, el C.R.E. crea el evento.





      El miércoles 18 de mayo, que era mi 63 cumpleaños, debía ir a la Fundación Carriegos a hacer mi sesión de terapia ecuestre, pero por si se anulaba, me inscribí en las jornadas. Lo ocurrido el 18 puede verse haciendo Click aquí.






   El jueves 20 debería salir para la Academia Básica del Aire de La Virgen a las 10,30 donde, con dos avionetas, sobrevolaríamos León durante 20 minutos, una veintena de usuarios del C.R.E. y allí estuvimos. Me sorprendió encontrar allí a la propia Directora, Alex e Isaac como técnicos y Oliva y Roberto como auxiliares. Me dió tranquilidad. Estaba todo muy bien planificado, incluído el transporte.



   Las avionetas eran la EC-GZQ y la EC-ER3 de la escuela de  aviación ligera "VILLAMARCO" (León). Accede a la web haciendo Click aquí.





   En vista de la cantidad de fotógrafos y periodistas que había allí, opté por dejar mi cámara abajo, colgada en mi silla de ruedas, por lo que he usado las de compañeros  más intrépidos como Iván Bragado (que me siguió) y Manuel Cruz.
   Me habían asignado el ultraligero P2002, de copiloto con Vicente Cordier, quién cerró la cabina, para evitar quemaduras del sol y me colocó auriculares. Le pregunté si era muy difícil el curso de piloto de ultraligeros y le hablé sobre mis impresiones, entre otras la sensación de estar suspendido en el aire. Me aseguró ir a 170 Km/h y 500 m. de altura.




                                       
    Vicente me iba comentando lo que debía observar: carreteras, ríos, edificios. Se me pasó el tiempo volando ... 









   Incluyo aquí la repercusión mediática del evento:
a-Diario de León. No sonó el despertador, pero fué como un sueño.



   Solamente falta decir que ha sido mi mejor regalo de cumpleaños (y ya he celebrado unos cuantos). Otra actividad impensable realizada en el Centro de Referencia Estatal de San Andrés del Rabanedo (León). Gracias a todos los que la han hecho posible.